El láser CO2 es un láser terapéutico fraccional indicado para el tratamiento de las cicatrices. Este láser trata la piel a través de una matriz de puntos de luz láser que varían en intensidad, dependiendo del tipo de piel y del grado de la cicatriz.

La luz del láser actúa en la epidermis y en la dermis calentando la epidermis y el colágeno de la dermis a altas temperaturas. Así se consigue un recambio de la epidermis y una desnaturalización del colágeno antiguo y de la fibrosis de la cicatriz de la dermis estimulando la formación de colágeno nuevo de mayor calidad para reparar la cicatriz.

El número exacto de sesiones se personaliza en función del estado de la cicatriz del paciente y de los resultados que se esperan obtener.

Se requiere aplicar crema anestésica para prevenir posibles molestias 1 hora antes de la sesión. Al terminar la sesión de láser para el tratamiento de las cicatrices, la piel tiene un aspecto sonrosado y notamos una sensación de calor que desaparece en unas horas. En la semana siguiente al tratamiento aparecen costras que se irán cayendo solas

Los resultados del tratamiento para cicatrices son graduales. A los pocos días las cicatrices están más atenuadas y la piel ya está más tersa, luminosa y uniforme.

Generalmente se observa una diferencia significativa en 1 tratamiento. Si se hace más de 1 sesión, en cada sesión los resultados se van acumulando y la mejoría aumenta. Además, al terminar el tratamiento, la piel sigue mejorando los próximos 3-6 meses gracias a la producción de nuevo colágeno.

La duración de los resultados tras el tratamiento láser para cicatrices depende del estilo de vida, la edad, el estado y cuidado de la piel de cada persona.